Es la estrategia de usar elementos característicos de los juegos en entornos que tradicionalmente no estarían presentes como la educación o el trabajo.

Para la mayoría de nosotros, cuando éramos niños nuestros días consistían básicamente en jugar todo el día. Esto rápidamente cambia cuando empezamos el colegio, pero una pequeña parte de nuestra vida fue feliz únicamente jugando. No es sorpresa que de adultos nos sintamos naturalmente atraídos por los escenarios o dinámicas que asemejan el juego, en especial en aquellas situaciones que están tradicionalmente alejadas de cualquier aspecto lúdico, como los negocios o el trabajo. De aquí parte el éxito de la gamificación o ludificación.

La gamificación es descrita por Kevin Werbach, profesor de la Universidad de Pennsylvania, como “el proceso de hacer actividades más lúdicas” mediante el uso de diseños o elementos característicos de los juegos en contextos no lúdicos. No se trata de crear videojuegos o traer una mesa de ping pong a la oficina, aunque estas acciones en la actualidad también pueden ser parte de una estrategia de marketing o un pequeño boost para la cultura organizacional.

La idea es replicar la experiencia psicológica que produce el juego en las personas para motivar la participación e interacciones constantes y a largo plazo de forma natural.

Gamificación y motivación van de la mano

Las dinámicas lúdicas más usadas en la gamificación son la introducción de un sistema de puntos, medallas o tablas de calificación. Unos ejemplos muy fáciles de reconocer son Starbucks o Líder con sus sistemas de acumulación de puntos que puedes cambiar por otros productos. Nike también ha implementado la gamificación mediante Nike+, una familia de aplicaciones que permiten al usuario competir contra otras personas a nivel deportivo y compartir en redes sociales sus logros.

La mayoría de los estudios sobre gamificación en los negocios y educación indican que la integración de diseños y elementos lúdicos fomentan la motivación. Según un estudio del 2016, la aptitud y autonomía de las personas con respecto a la importancia de las tareas asignadas se veían positivamente afectadas por el uso de medallas, tablas de clasificación y gráficos de desempeño. Por otro lado, el uso de avatares, storytelling y compañeros de equipo influenció de forma positiva la interacción y compenetración social de las participantes.

¿Cómo lo aplico en mi negocio?

Al igual que toda estrategia, la gamificación debe responder a objetivos concretos y seguir una planificación personalizada basada en el estudio de la industria, competencia, cultura organizacional, público, etc. Acciones que tienen éxito para algunas empresas, pueden ser un fracaso enorme para otras, por lo que una preparación cuidadosa rendirá mayores frutos a largo plazo que una implementación acelerada.

Como hemos mencionado anteriormente, existen distintos elementos que puedes incluir en tu estrategia. Debes decidir, además, si estará dirigida hacia tus consumidores o hacia tus trabajadores. Si es la primera vez que implementan un plan de gamificación, puede ser conveniente iniciarla entre los colaboradores de la empresa. Por ejemplo, incluir un sistema de puntos y medallas para las personas que están en período de aprendizaje, de forma que el proceso de formación se haga más dinámico. O dentro de un equipo de ventas, se incluye una tabla de clasificación para reconocer el logro de cada participante.

Además, recuerda que es importante medir y revisar los resultados. De esta manera podrás obtener información relevante, no solo sobre el proceso de gamificación sino sobre el comportamiento de tus colaboradores o usuarios.

La gamificación es solo una de muchas estrategias que puedes desarrollar. Puede ir de la mano con los procesos de digitalización y transformarse en un esfuerzo coordinado para modernizar y reforzar la motivación entre tu empresa y sus colaboradores o consumidores. Existen muchas herramientas gratuitas que pueden ayudarte a empezar a implementarla, como Habitica o Quizlet.