A todos nos ha pasado. Empezamos en un nuevo trabajo y, en cuestión de días, nos sentimos súper cómodos, o todo lo contrario: por más que los beneficios sean geniales o hagamos un gran trabajo, no logramos encajar. La respuesta a esa sensación tiene mucho que ver con la cultura organizacional de la empresa.
La cultura organizacional no es solo lo que una empresa hace, sino lo que es. Se trata de sus valores, creencias, prácticas y cómo todo eso se vive día a día. Es lo que hace que trabajar en Google sea distinto a hacerlo en Amazon o Netflix. Las tres son grandes empresas tecnológicas, pero su ambiente varía y define quien decide quedarse, y quien no.
Ahora, no te dejes engañar por las películas sobre Silicon Valley. La cultura organizacional no se reduce a tener un chef privado, regalar kits de bienvenida lujosos o tener una sala de videojuegos. Aunque suene genial, una verdadera cultura se construye con cosas más importantes: comunicación efectiva, metas claras y un equilibrio entre trabajo y vida personal.
El impacto en los empleados
¿Sabías que la cultura organizacional puede ser una de las principales razones por las que la gente se queda (o se va) de su trabajo? De acuerdo con un estudio del Society for Human Resource Management, 1 de cada 5 personas ha renunciado en los últimos 5 años porque no le gustaba la cultura de su empresa. ¿El costo de esa rotación? ¡Más de 223 mil millones de dólares!
Y eso no es todo. El estudio también reveló que 1 de cada 4 empleados no se siente seguro compartiendo sus opiniones en el trabajo, no disfruta ir a la oficina y siente que su esfuerzo no es valorado.
Numerosas investigaciones confirman que cuando los empleados están felices, su rendimiento mejora. Por lo tanto, si una cultura es tóxica, el desempeño general de la empresa sufrirá. No es casualidad que, según Deloitte, el 94% de los ejecutivos afirme que la cultura es clave para el éxito de la compañía.
¿Cómo puedo mejorar la cultura de mi empresa?
Antes de hacer cambios, es clave entender qué cultura ya existe en tu empresa. Habla con tus colaboradores y escucha lo que perciben como positivo. Esto te ahorrará mucho tiempo cuando quieras diseñar una estrategia.
Además, recuerda que la cultura no se construye de la noche a la mañana. Se forma todos los días, con cada acción de tus líderes y colaboradores, y la idea es que todos remen hacia la misma dirección, unidos por valores comunes.
En Simpli, nuestra cultura se basa en la comunicación, la empatía y la transparencia. Creemos en el poder de una cultura sólida para lograr grandes cosas y, por sobre todo, entendemos que el éxito va más allá de los números.
La práctica de esta filosofía no solo se limita a nuestros colaboradores, sino que también aplica para las relaciones que tenemos con nuestros clientes. Y, en nuestra experiencia, ¡Trabajar en base a estos valores ha sido todo un éxito!
Por eso, queremos reiterarte que estamos aquí para apoyarte en la gestión financiera de tu negocio. A través del factoring, te ayudamos a conseguir la liquidez que necesitas para que tu negocio nunca se detenga.
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